Durante esta semana
se presentó el recorrido de la Vuelta a España 2010. El 75 aniversario de la ronda española tendrá como punto de partida la ciudad de Sevilla. A primera vista, se trata de un recorrido que se adapta mejor a las características de los escaladores que a las de los contrarrelojistas. Esta ventaja radica en que únicamente hay una crono larga, la de Peñafiel, ya en la tercera semana; mientras que, hay seis llegadas en alto y varias etapas de media montaña.
Como ya hemos dicho, la Vuelta 2010 comienza con una
contrarreloj por equipos en la ciudad de Sevilla. Aquí encontramos la primera de las novedades. Esta primera etapa se disputará de noche por las calles de la capital sevillana. Se trata de una innovación por parte de los organizadores y va dirigida a enganchar al público desde un principio. Una etapa retransmitida en horario de máxima audiencia puede ayudar a relanzar una carrera que necesita un impulso en lo que a audiencias de televisión se refiere.
Tras este inicio, llegará una primera semana en la que no hay etapas decisivas. Si acaso, resaltar la llegada a Marbella, con final en el
Castillo de Gibralfaro, donde se establecerán las primeras diferencias. Se trata de una llegada que cuenta con un desnivel importante en los metros finales. Hombres potentes y rápidos como
Alejandro Valverde podrían estrenarse en estas etapas.
También puede ser importante la etapa con final en Murcia, con previo paso por el puerto de La
Cresta del gallo. Esta cota puntuable de segunda categoría se encuentra a sólo 10 kilómetros de la línea de meta. Cuenta con una carretera estrecha y un asfalto rugoso que hacen más difícil aún la subida. Pero, si dura es la subida, peligroso es el descenso. En años anteriores ya hemos visto como se trata de un descenso vertiginoso en el que los especialistas pueden aprovechar para tomar riesgos. Hombres como
Samuel Sánchez pueden intentar sorprender y obligar a los menos especialistas a tomar riesgos que pueden desembocar en cortes o caídas. El problema de esta etapa es que está situada demasiado pronto y es difícil que alguien quiera tomar riesgos innecesarios.
La última semana finaliza con la primera de las llegadas en alto de esta edición. Se trata de otra de las cimas que, en los últimos años, se ha convertido en habitual en la ronda española. La carrera llega al
Xorret del Catí, una cima en la que se han vencido grandes escaladores como
Chava Jiménez. Pese a que es un puerto corto, de apenas 4 kilómetros, se pueden establecer las primeras diferencias entre los favoritos.
Recordemos lo que se dice siempre: en la primera semana no se gana una vuelta grande, pero sí que se puede perder.
Tras esta primera semana la carrera llega a Cataluña y a los Pirineos. En la etapa conf final en Vilanova i la Geltrú encontramos otra de las novedades de esta edición: la subida al puerto de
Rat-Penat, que ya ha sido bautizado como “El Angliru catalán”. Aunque nunca se ha subido en una vuelta por etapas, los corredores que han entrenado allí dicen que es una subida de gran dureza, con una carretera que se agarra mucho…pero, como otras tantas veces, el problema es que de la cima a la meta restarán aún ¡30 kilómetros! Por lo que parece difícil que, de nuevo, los favoritos tomen riesgos ya que aún nadie habrá perdido mucho tiempo.
Es en esta segunda semana cuando llegaremos a los Pirineos. Las montañas que otros años han sido jueces de la carrera no tendrán tanta importancia esta edición. Este año tan sólo tenemos la llegada a la
Estación de Pal. Como en todas las etapas de montaña de esta edición, la carrera tendrá un recorrido llano hasta llegar al pie de Pal, donde debería de desatarse la primera gran batalla de la Vuelta 2010.
A modo de resumen podríamos decir que no vamos a presenciar grandes etapas de montaña como en el Giro o el Tour. No se encadenan cuatro o cinco grandes puertos en ninguna etapa, tan sólo en una se encadenan tres…y de menor importancia que en las otras dos grandes. Pero bueno, dejémonos de comparaciones…que ya sabemos que son odiosas.
Precisamente tras unas jornadas de transición llegaremos a la parte clave de la carrera, el conocido como el “Tríptico del Cantábrico”. En estos días se llegará consecutivamente, a las cimas de
Peña Cabarga, Lagos de Covadonga y Corbello. La cita de los lagos es la subida más famosa de la historia de la Vuelta a España; si bien, es cierto que parece que los organizadores intentan debilitarla, al situar un recorrido totalmente llano antes de la ascensión.
La tercera de estas tres etapas es para mí la etapa reina de la edición. Y lo es por muchos factores. En primer lugar, se trata de la única que encadena varios puerto duros a lo largo de la etapa. Sobre todo la Cobertoria, el puerto anterior a Corbello, es un puerto de gran dureza y que hará que los corredores lleguen muy “maduritos” al pie de la última subida del día.
Además, es una de las últimas oportunidades de los escaladores para ganar tiempo antes de la contrarreloj de Peñafiel en la que, a priori, los contrarrelojistas deberían obtener ventaja.
La última razón es la propia dureza del puerto. El propio
Samuel Sánchez, que entrena durante todo el año en esa zona, ha calificado al puerto como “lo más parecido que hay en España al Alpe d´huez” lo que deja claro el tipo de subida a la que se enfrentarán.
Y llegamos a la única
contrarreloj individual de esta edición. Durante 47 interminables kilómetros, los hombres fuertes de la general medirán sus fuerzas en un trazado que parece ser llano, puesto que recorrerá gran parte de la Submeseta Norte. También, habrá que tener en cuenta la importancia del viento, que en esta zona suele soplar con bastante fuerza. A priori los escaladores van a sufrir, pero al estar situada en la última semana de carrera, las pérdidas respecto a los grandes contrarrelojistas no serán tan grandes como si estuviera situada en la primera semana de carrera.
Algunos creerán que con esto la carrera queda ya decidida… pero no es así. Aún queda la novedad más importante de la edición 2010: la llegada a
La Bola del mundo. Realmente, es una ampliación de la subida al Puerto de Navacerrada. Una vez coronen este puerto, los ciclistas girarán a la derecha para continuar durante dos o tres kilómetros la ascensión. El final de la etapa es la parte más dura de la subida, sobre un suelo de hormigón que no será nada cómodo para los ciclistas y, lo que es peor, con desniveles, en algunos puntos, superiores incluso al 20%. Como vemos, una auténtica encerrona en el que alguno podría dar un vuelco total a la carrera. Todo ello en la sierra de
Segovia; sí, de Segovia, no de Madrid como algunos dicen…
Como vemos será una Vuelta atractiva para el espectador…aunque todo dependerá de qué corredores vengan a disputarla y su estado de forma. No cuenta con etapas de grandes puertos, pero el espectáculo está garantizado. Además, algo que la organización debería eliminar son las bonificaciones en las etapas decisivas. En mi opinión, hacen que los corredores se vuelvan más reservones y el atractivo de la carrera se ve mermado notablemente.
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