Pese a que la situación sigue siendo crítica y la visita a Vigo de esta semana se antoja importantísima para las aspiraciones del equipo, un clima de cierto optimismo se ha instalado entre la hinchada cadista.
Los aficionados del equipo amarillo hemos visto cómo en estas dos últimas jornadas el juego del equipo ha mejorado, en consonancia con sus resultados, lo que se antoja vital para conseguir el objetivo de la permanencia. El Cádiz ha disputado dos de los mejores partidos de la temporada ante Villarreal B y Girona. El choque ante el filial castellonense quedará en la retina de muchos de nosotros por los estrepitosos fallos de cara a la portería rival, pero si hacemos un análisis más profundo, supuso un cambio bastante importante en la imagen del equipo. Un cambio confirmado la semana siguiente ante el equipo catalán, contra el que sí se consiguió vencer.
En mi opinión, gran parte de esa mejoría, se basa en la nueva disposición táctica de equipo. Por fin, el entrenador ha decidido cargarse el doble pivote destructor que se llevaba utilizando toda la temporada, para dar paso a los jugadores más creativos, a los que realmente pueden hacer funcionar la máquina cadista. Han sido muchos domingos los que la afición ha terminado desesperada ante la inoperancia de hombres como Jon Erice con el balón en los pies. El equipo no era capaz de elaborar jugadas ni de sacar el balón jugado con cierto criterio; los jugadores que debían realizar esa labor, simplemente, no estaban capacitados para ello. Desde este blog ya se había hecho referencia a este tema en
entradas anteriores.
En los últimos partidos ha llegado el cambio. Espárrago por fin se ha decidido ha retrasar la posición del ex barcelonista Abraham para colocarlo en el doble pivote. Junto a él, ha a colocado Andrés Fleurquin, un histórico de este equipo, hombre luchador, curtido en mil batallas (mi preferido es Ormazábal, pero su tocayo no le da mucha bola) y más fiable que Erice. Además, para enganchar con la referencia en ataque, el técnico uruguayo ha dado la titularidad a Carlos Caballero. Por el momento, el madrileño no ha defraudado a nadie y ha dado muestras de la gran calidad que atesora; ésa que, durante esta temporada, ningún aficionado cadista había podido disfrutar. Si Nano y López Silva recuperan el nivel de hace unos meses el equipo puede dar un salto de calidad imporante.
La defensa también ha mejorado. Dani Fragoso y De La Cuesta son dos jugadores, bajo mi punto de vista, muy capacitados para ocupar el centro de la zaga amarilla. Si estos dos jugadores gozan de continuidad y, sobre todo en el caso del colombiano, las lesiones les respetan, el Cádiz será, de aquí a final de temporada, un equipo mucho más serio defensivamente de lo que lo ha sido durante estos seis meses. También la llegada de Dani Miguélez ha servido de revulsivo al equipo. Más que en el aspecto táctico, en el psicológico. Las críticas hacia Casilla eran constantes y cualquier fallo servía de excusa para que un sector de la afición se volviese en contra del equipo. Ahora, el clima que se respira es de más tranquilidad y de mayor unidad entre afición y jugadores.
Pero llega Vigo y me
asaltan varias dudas. La más importante, la
vuleta de Erice a la convocatoria. El centrocampista regresa a una lista de convocados tras varias semanas sin jugar y podría ser de la partida ante el Celta. Quiero pensar que Espárrago optará por dar continuidad al once que tan buena imagen ha dejado estas dos jornadas y el navarro tenga que ver el partido desde el banquillo…pero, ¿y si lo pone de titular? En mi opinión el equipo volvería a caer en los fallos que le han condenado durante toda la temporada. Está claro que Erice no es el único culpable de esta situación, pero su aportación durante todo el año ha sido escasa.
Espero, por el bien del Cádiz, que Espárrago premie a los once jugadores que han sacado los cuatro últimos puntos con la posibilidad de asaltar la casa del Celta de Vigo, un rival al que se igualaría en la
clasificación, que cuenta con jugadores muy jóvenes y al que la situación se le tornaría muy complicada ya que su calendario es peor que el del Cádiz.
Como vemos, clima de cierta confianza respecto al choque vital de este sábado en Galicia. Lo que sí que me gustaría dejar claro es que, pese a la mejoría, las deficiencias de este equipo siguen siendo evidentes. Pero esas las conocemos todos y lo mejor en estos casos es remar todos hacia el mismo lado y apoyar al equipo en estas últimas jornadas que van a ser vitales.
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