Tras unas jornadas en las que parecía que el equipo había encontrado la senda del buen juego y los resultados comenzaban a llegar, las dos últimas derrotas cosechadas por el club cadista dejan claro que la salvación costará sangre sudor y lágrimas.
Dos partidos perdidos ante
Levante y Córdoba que vuelven a dejar al equipo en descenso y mirando de reojo al Murcia, que está a sólo un punto y en clara mejoría. A priori, eran dos choques en los que el club debía confirmar la mejoría experimentada con la llegada de
Espárrago y que se había atisbado en sus dos desplazamientos a tierras castellanas, ante
Salamanca y Numancia. Sin embargo, la sensación ahora es bien distinta.
La derrota ante el Levante es más sangrante aún que la del pasado viernes ante el Córdoba. Es cierto que el club levantino está en las posiciones altas y que no era un choque fácil, pero no se puede dejar escapar vivo a un equipo que se queda con uno menos en Carranza, ¡y menos después de quedarse con nueve jugadores!
Antes de la llegada del técnico uruguayo, la afición no era partidaria del cambio de entrenador pues, como yo también creo, el problema no está ahí, sino más arriba. Pese a ello, se recibió la llegada de Espárrago con gran ilusión viendo los resultados conseguidos en anteriores etapas. Un mes después, el club casi no ha fichado en el mercado invernal, y los refuerzos son auténticos desconocidos, y los problemas siguen siendo los mismos.
En cuanto a la
directiva está todo dicho, el descontento de la afición es total pero mientras no vendan su paquete accionarial habrá que respetar sus decisiones, porque para algo son los dueños. En lo que se refiere a los
jugadores, la plantilla sigue teniendo los mismos problemas que antes del mercado de invierno: no encuentra la pareja adecuada en el doble pivote, parecía que Espárrago sentaría a
Jon Erice pero no va a ser así, continúa la ineficacia por parte de los delanteros y tantos fallos en defensa conceden muchas oportunidades a los rivales.
La situación es preocupante porque, como hemos dicho, equipos como el Murcia se encuentran en clara mejoría y, personalmente, no parece que vaya a pasar muchos apuros para salir de ahí.
Se avecinan meses duros en Carranza. El Cádiz tiene mucho que mejorar y deberá jugarse la permanencia con equipos como el Huesca, Girona o Albacete. Esperemos que salga vivo de la lucha. El siguiente choque, ante el Hércules de Esteban Vigo. No es el mejor rival posible pero el equipo amarillo ya ha demostrado que puede luchar con cualquiera y, porqué no, con uno de los favoritos al ascenso.
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