Acabó el Carnaval, la fiesta por antonomasia de la ciudad gaditana. Los días de fiesta, húmedos tanto por dentro como por fuera, dieron paso a una semana dura por el temporal que ha asolado el país, y principalmente Cádiz, a lo largo de la semana. Pese a ello, la afición, fiel como pocas, llegaba al Carranza con la esperanza de que su equipo les brindara una de las pocas alegrías de la temporada. El césped del estadio parecía ajeno a lo que cayó sobre él durante estos días y la ilusión de los cadistas contrastaba con la verdadera situación de los dos contendientes en la tabla. Tras noventa minutos en los que la diferencia de puntos no quedó patente, la sensación con la que se fue el espectador amarillo a su casa fue que el Cádiz dejó escapar vivo al Hércules. Se trataba, además, de un enfrentamiento con mucho morbo, por muchas razones: los alicantinos fueron quienes enviaron al Cádiz a Segunda B hace dos temporadas, aún se recuerda el caso Kiko Femenía, y, sobre todo, la vuelta de Abraham Paz a la que fue su casa durante tanto tiempo. Motivos suficientes para presenciar un gran partido.
El choque no pudo comenzar mejor. Cristian, qué bueno es cuando quiere, llegó hasta las inmediaciones del área para enviar un centro envenenado que no remató nadie, pero que hizo dudar a Calatayud que acabó viendo cómo el balón se colaba en su portería. Sólo habían transcurrido dos minutos de partido y el inicio era inmejorable. Pero nada más lejos de la realidad, minutos después una buena jugada de Tote por el centro permitió a Tiago Gomes, cedido por Osasuna, igualar la contienda aprovechando, una vez más, una indecisión de la defensa amarilla. A partir de ahí, la duda era saber si el Hércules se haría con el dominio del juego, o el Cádiz conseguiría dar una alegría a su público. Por suerte, el equipo cadista no se amilanó y, en una buena combinación por la banda derecha, Enrique puso un centro al segundo palo para que López Silva consiguiera el segundo gol para el submarino amarillo antes del descanso. Lo cierto es que el Cádiz había planteado una primera parte bastante seria y se marchaba a los vestuarios por delante de un líder que no hizo honor a su posición en la tabla.
El entrenador, Espárrago, había planteado una alineación, a mi modo de ver, un poco defensiva, con un doble pivote, qué problema el del doble pivote, formado por Fragoso y Erice, con Abraham por delante de ellos, Toedtli en punta y Enrique y López Silva en las bandas. La defensa era la habitual y Nano se quedaba en el banquillo. Es cierto que el ex jugador del Cartagena no hizo su mejor partido en Córdoba, pero la alternativa fue demasiado defensiva; el Cádiz, como Espárrago dijo, debe tener una personalidad propia y no cambiar su estilo según el equipo que tenga en frente.
Con ésas, llegábamos al segundo tiempo. Esta vez, el Hércules salió más decidido a buscar la remontada y se hizo con el control del balón. Pero las ocasiones no llegaban y el Cádiz parecía cómodo atrás esperando su oportunidad a la contra para matar el partido. Lo cierto es que dispuso de varias y muy claras. Toedtli y López Silva tuvieron en sus botas, y en su cabeza, la oportunidad de dar los tres puntos al Cádiz. Pero el que perdona, lo paga. Y lo que todos temíamos llegó. Un balón que recibió Delibasic, que también intervino en el primer gol, sólo dentro del área supuso el empate a dos definitivo. Una vez más, la defensa permitió a un jugador rival recibir la pelota a escasos metros de la portería y eso, y ante el líder más aún, se paga muy caro. De ahí al final, el partido fue un quiero y no puedo, más por parte del Cádiz que del Hércules. La entrada de Tristán y Ramis no aportó gran cosa a un equipo que no ha aprovechado el mercado de invierno para mejorar.
La idea era clara, pero los jugadores que han llegado no han aportado nada de momento. Bogunovic ha tenido una presencia testimonial y Ramis parece difícil que consiga la titularidad. Y mientras otros equipos como el Murcia o el Girona cada día están mejor por lo que la salvación está carísima. Con este empate, el Cádiz queda tercero por la cola a tres puntos de la salvación. El partido del sábado en el Colombino se antoja vital. Por último, hay que hacer referencia a un caso extraño, el de la lesión de Ogbeche. El nigeriano lleva varios meses lesionado y el tema ya levanta las primeras ampollas. Espárrago ya ha recriminado públicamente la falta de entrega del jugador, al que ha dicho que “para recuperarse hay que sufrir”, pero parece que la reaparición del que fuera jugador del Valladolid va para largo. El Cádiz necesita su aportación, ya que las mejores jornadas de los amarillos llegaron con “Bartolo” en plena forma.
De la aportación de Tristán mejor no hablar…
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"lo era" (ha...
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