jueves, 28 de enero de 2010

Villarreal B, el éxito de las cosas bien hechas

A lo largo de toda su historia, clubes como el Real Madrid, Barcelona, Athletic Club o Atlético de Mardid han luchado por ser la mejor cantera de nuestro país.

Se trata de la manera más económica de mantener un equipo. Por ello, los clubes más pequeños han tratado, también, de sacar el máximo beneficio de sus categorías inferiores. El éxito de una cantera se ve reflejado en el primer equipo. Además, nunca se puede dudar de la entrega de un canterano, algo que con los extranjeros no siempre se consigue.

Por poner un ejemplo, los recientes triunfos del Sevilla no sólo se han basado en el acierto a la hora de fichar de Monchi; durante estos años, el equipo de Nervión ha visto como numerosos jugadores procedentes de la cantera se convertían en piezas clave de su equipo. Hombres como Reyes, Sergio Ramos, Navas, Perotti, el fallecido Puerta o Diego Capel fueron, y son, jugadores clave en el equipo sevillista.

También el éxito de la cantera se vio reflejado en el Español. El segundo equipo de la Ciudad Condal se ha convertido, en las últimas campañas, en un vivero de jóvenes promesas que conforman la base del primer equipo. Además, el mayor éxito de la historia reciente de los periquitos contó con gran presencia de jugadores canteranos. En aquella final de la Copa de la Uefa disputada contra el Sevilla, hombres como Chica, Moisés Hurtado, Tamudo, o el fallecido Jarque formaban parte de la plantilla blanquiazul. Actualmente, otros como Baena, Javi Márquez o Víctor Ruíz confirman que la cantera perica goza de buena salud.

Otros equipos como el Sporting de Gijón también cuentan con una gran cantera, en este caso la de Mareo. Hombres como Luis Morán o Canella han devuelto al equipo a la élite y de ahí salieron otros como Villa o Pablo Álvarez.

Como ya hemos dicho, el éxito de la cantera suele coincidir con la época de esplendor del primer equipo. Pues bien, este último año llama la atención la situación del Villarreal. Para empezar hay que tener en cuenta el mérito que tiene un equipo perteneciente a un pueblo de la ciudad de Castellón, y las dificultades que eso entraña.

Hace algo más de una década que el club presidido por Fernando Roig llegó a la élite. Se trataba de un club modesto que conseguía el mayor hito de su historia. Con pocos años de vida, el desarrollo de la cantera era un lujo que, por el momento no se podía permitir.

Ahora, vemos que han pasado los años, las categorías inferiores se han desarrollado y es ahora cuando ese trabajo da sus frutos. Si en la primera temporada en Primera los jóvenes eran promesas de equipos grandes que llegaban cedidos para seguir con su progresión, casos de Albelda y Palop, actualmente el Villarreal cuenta con una de las mejores canteras de nuestro país.


El ejemplo más claro lo tenemos en que es el único equipo que tiene a su filial jugando en Segunda División. Y no es sólo eso, sino que marcha cuarto en la clasificación realizando, posiblemente, el juego más visto de la categoría. Los niños que comenzaban en aquellos años en los que el equipo liderado por Gica Craioveanu luchaba por mantener al club en Primera División, serán mañana las claves de un equipo ya consagrado en Primera.

El éxito del Villarreal B radica también en la mezcla de jugadores que se da lugar en este equipo. Las promesas de la casa, jóvenes que vienen de Sudamérica y necesitan foguearse junto a hombres más experimentados en estas lídes, conforman un grupo con pocas fisuras que combina a la perfección juventud y experiencia, descaro y saber estar.

Si hablamos de la línea defensiva, destacan hombres como Mario, Kiko y Mussachio, tres zagueros que aportan a la defensa una experiencia inusitada para su edad. Los dos primeros han debutado ya en las categorías inferiores de la selección y con el primer equipo. El segundo, un central argentino que podría tomar el relevo de Gonzalo Rodríguez. Por si fuera poco, podemos encontrar al futuro recambio de Capdevila en el primer equipo: Joan Oriol. Un jugador que ya ha jugado con el Villarreal en Copa del Rey y que está preparado para dar el salto cuando se le necesite. Un lateral con capacidad para llegar hasta la línea de fondo y muy eficiente en labores defensivas. Procedente del Nástic de Tarragona, pronto estará con el primer equipo.

Pero es en el medio del campo donde encontramos a las dos mayores promesas del equipo: Marcos Gullón y Matilla. Dos hombres internacionales también en las categorías inferiores de la Selección y los que más papeletas tienen de jugar con el Villarreal la próxima temporada. Probablemente estemos ante el relevo natural de Senna y los hombres que quiten el puesto a hombres como Bruno o Eguren (que ha salido cedido rumbo a la Lazio), eso sí, si logran retenerlos. Se han oído muchos rumores de posibles ofertas por parte de equipos como el Arsenal o el Liverpool.

Además de ellos, los fichajes sudamericanos como Jefferson Montero o Hernán Pérez buscan los minutos necesarios para dar el salto a la Primera división. También destaca la presencia de Marco Ruben en el equipo (aún no ha fichado por el Wigan). La decisión adoptada por el club respecto a este jugador me encantó: para tenerlo cedido en el Recreativo que está también en Segunda, que juegue con el filial en la misma categoría.

Pero no sólo de promesas vive el equipo. Hombres de más edad como el también central Catalá, los mediocampistas Gerard Bordás y Nacho Insa y los delanteros Cristóbal y Joan Tomás aportan una dosis de experiencia necesaria a este equipo. El caso de Cristóbal es llamativo. Se trata de un jugador que ha despuntado tarde pero con una gran proyección. Con buen juego de espaldas, gracias a su corpulencia, y gran visión de juego para encontrar a sus compañeros estamos ante un jugador que, de seguir así, podría disfrutar de oportunidades en el primer equipo, aunque sea a una edad tardía.

Como vemos se trata de uno de los mejores ejemplos de desarrollo de la cantera en el fútbol español. Y me permito hacer una apuesta: el Getafe lleva camino de seguir la misma progresión que el Villarreal. De momento, se trata de un equipo humilde, con pocos años en la élite y cuyas promesas son jugadores cedidos de los equipos grandes. Pero ya se comienzan a observar los primero brotes verdes. Este año Adrián Sardinero ha debutado con el primer equipo y puede que sea el primero de muchos otros.

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